El sábado 4 de agosto de 2018 se llevó a cabo a un debate en torno al grafiti con el objetivo de dialogar sobre sus objetivos y formas de ser. La sede fue el Museo de la Ciudad de México y quién convocó es una de las personas influyentes y polémicas dentro de el arte mexicano. Avelina Lesper es crítica de arte y cercana colaboradora de Milenio. Ella es famosa por vituperar prácticas artísticas no académicas, alternativas y por descalificar continuamente al arte contemporáneo. En un programa de radio comentó: «El grafiti es un acto vandálico, de subnormales y debería estar prohibido por la ley». Alguien encontró un grafiti al sur de la Ciudad de México con la leyenda: «¡Avelina Lesper, me la pelas!» Esa fue la excusa para llamar a este debate. Estas son las impresiones que recojo al haber asistido. Quisiera hablar un poco más allá del chisme de la agresión y el pastelazo que recibió Lesper al concluir el evento.
La detonación
El miércoles 28 de febrero de 2018 en el programa de MVS Noticias, Dispara, Margot, Dispara, Avelina Lesper dió su opinión sobre el grafiti y la descalificación antes mencionada. No fue un tema preparado, sino su opinión en ese justo momento. El comunicador Horacio Villalobos secundó con «¡Qué se rayen las nalgas!». En dicho programa se comentaba sobre el deterioro urbano que causaba esta actividad, el estrés y contaminación visual ocasionada no solo por el grafiti, sino por otros fenómenos como la publicidad excesiva. Lesper hablaba del mundialmente famoso artista callejero Banksy como algo risible al usar un lenguaje de publicidad. Y continuó con un argumento frecuentemente usado por ella: la falta de una buena y compleja estructura de educación artística. Alegaba por un paternalismo de parte del gobierno de la CDMX. Es más barato dar latas de aerosol a los grafiteros que brindarles una educación, son ociosos que no quieren estudiar, son parte del populismo y la demagogia. Todo esto en un tono de burla.
A un costado del Centro Cultural Ollin Yoliztli, al sur de la CDMX, la barda está repleta de grafitis. En un parte se lee «¡Avelina Lesper, me la pelas!». Alguien le dijo a la crítica de este muro. Ella fue a tomarse una fotografía junto a este y nuevamente en radio, el 25 de julio de 2018, de una manera un poco más respetuosa retomó el tema. Supo que los autores firman con el tag de MUFO y NÉON, los invitaba a realizar un debate o diálogo en torno al grafiti en el Museo de la Ciudad de México. «A todos nos afecta la contaminación visual a causa de la voracidad inmobiliaria, la publicidad y el grafiti». Se habló sobre aspectos estéticos de la ciudad y cómo afecta a los ciudadanos. Hacía las preguntas ¿Qué debe pertenecer o no a nuestra cultura urbana? ¿Por qué consideran que la ciudad es suya? ¿Por qué ese lenguaje? Continuaron las burlas acerca de una noticia de unos grafiteros muertos en Londres al no poder esquivar un tren mientras rayaban. Finalmente, solicitaba murales y grafitis de calidad pues «como mexicanos llevamos el muralismo en el adn». Daba ideas como incentivar a artistas talentosos a crear y fomentar el turismo cultural para ver esas grandes obras en las calles. «La belleza es producto de la inteligencia humana y pide algo simple: Orden.» Aunque dijo una frase clave: «Romper el orden es llamar la atención al sistema».
Días después había incertidumbre pues corría el rumor de se había cancelado el debate, después aparecieron comunicados afirmando que no podía existir un diálogo. Unos fragmentos a destacar: «¿Cómo se propone convocar a un diálogo si los puntos de partida son la descalificación y la ofensa? «…el grafiti es una práctica artística y cultural que va más allá del arte.» y «…el grafiti no se enseña en las aulas y esto es lo que nos hace diferentes». Llegó la fecha acordada y asistió mucha gente. Lo autores del grafiti que detonaron todo no asistieron. Después de la confusión de los días previos, aparecieron personas para defender y escuchar las posturas. Pasional y largo pero muy interesante al ser un tema que polariza la opinión pública.

Debate vivaz
Los cuatro participantes en el templete fueron José María Espinasa, director del recinto; Eblem Santana, artista visual; Guillermo Heredia «NIUK», grafitero y la crítica de arte Avelina Lesper. Quienes acapararon la atención fueron Lesper y Heredia que daban los argumentos y explicaciones más fuertes, a veces congruentes y otras contradictorias que frecuentemente eran ovacionados con aplausos. No era el recuento clásico de el origen en Nueva York y el «fundador» TAKI 183, se mencionó como una actividad humana que ha existido desde siempre, el trazar leyendas y dibujar en los muros. Era el aquí y ahora, el cómo vive la ciudad.
Heredia fue atraído por la afirmación de que el grafiti no es arte, que es un acto vandálico de descerebrados. Para él, decir grafiti es decir pintura, es decir dibujo. Rechazaba el generalizar tan categóricamente. Lesper en tono serio leyó un texto de su autoría y en sus intervenciones se apoyaba de láminas con ejemplos de pintas, bombas, tags y murales.
Resumiendo: La postura de Lesper es que es necesaria la rebeldía ante una realidad que ya no aporta. Más, esta rebeldía se ha burocratizado y asimilado por el sistema, una expresión que ha sido tomada por la publicidad y los políticos. El grafiti tiene los mismos privilegios del arte contemporáneo VIP (uno de sus argumentos más utilizados), el grafiti tiene sus propios curadores, sociólogos y antropólogos que le llaman artista a todo aquel que tiene un bote de spray en la mano. Con condescendencia se dice que es la Estética de la Calle. Se consideran infalibles a la crítica. La intensa mayoría de las obras carecen de originalidad y desarrollo técnico. Obligan a la aceptación mediante el chantaje de victimismo social. Han hecho de la comunidad una salida para evadir las responsabilidades personales. Un estilo que no ha evolucionado, incapaces de expresar ni comunicar. Parece que no saben que necesitamos una cultura urbana que nos salve de la invasión vulgar y grosera de la publicidad, la flagrante presencia de las campañas políticas, de la contaminación visual que nos ahoga y la creación de pinturas en los muros sería una gran aportación al paisaje urbano. La gente con talento no tiene acceso a ello. Remata con que deben de ganarse los muros.
La gran mayoría de los asistentes concuerdan con su opinión. Es evidente la saturación de pintas en la calle en nuestra ciudad. Hay ejemplos de invaluable calidad técnica y conceptual pero son los menos. Buena parte de la discusión corría en torno al derecho de vivir en una ciudad bella, digna. Pero constantemente se hacían aclaraciones e interrupciones. Heredia explicó que el grafiti tiene tres elementos esenciales: Ilegalidad, transgresión y anonimato. Puede tener más elementos pero uno no esencial es justamente la estética. Es uno de los grandes errores, dice. Agrega otras características que pueden ser añadidas como discurso político. Hay diferentes tipos de grafiti, se debe puntualizar de cuál se esta hablando, de quién, no solo hablar al aire. El grafiti es un documento de performance de dibujo de ilegalidad demostrando en dónde ha estado el autor, debe añadirse la habilidad y la calidad, la dificultad de dónde se encuentra y el riesgo de la propia vida al realizarlo. Explica que internamente hay mucha descalificación hacia los grafiteros toys, los que solo dejan su firma y vandalizan, pero estos pueden sobresalir por su calidad y cantidad de firmas que hagan. Eso puede ser factor de respeto y después saltar a otro medio para ser un artista reconocido. Entonces su trabajo ya puede ser analizado por parámetros plásticos como composición, originalidad, grado de dificultad, discurso etc. Recalca que no debe denostarse todo el grafiti por unos cuantos que pintan mal, incluso hay códigos internos como respetar hospitales de iglesias (la realidad es otra). Hay personas que pueden hacer grandes cosas con herramientas que marcaron una revolución tecnológica como lo fue la lata de pintura en spray. Duda de que existan grades pintores de caballete que puedan tener grandes resultados con esa herramienta. «¿Es valido que diga que la pintura está muerta si en una casa de cultura vi unas pinturas horribles?» lanzó la pregunta.
Sobre estas dos posturas continuó el transcurso del tiempo. Los ponentes y participaciones del público en pro del grafiti mencionaban que no había espacio para un critico de arte, que estaba fuera de lugar. Si bien su lugar comúnmente es la galería o el museo, creo que perfectamente puede participar. Es obvio que no con los mismos parámetros «rígidos», pero a resumidas cuentas se trabaja con la imagen, es la cultura y estética de la calle en la cual todos estamos inmersos. Aunque a veces los muros pintados sean para una comunidad específica como un barrio o colonia, convivimos y transitamos en una inmensa urbe en la cual es casi imposible no ver un grafiti. He de decir que la mayoría de los mejores grafitis están en colonias adineradas, con comercios o de gran afluencia nacional y extranjera. Hay lugares que indican la nula preocupación de los habitantes y otros que cuidan sus murales celosamente, incluso de pintas de otros toys. Como lo criticaba Lesper señala, no debe de ser un monologo, una imposición de unos cuantos. Constantemente preguntaba en dónde estaba la inteligencia en sus ejemplos de imágenes de bombas.
Había participaciones del público que admiraban los buenos murales pero detestaban las pintas sin sentido. Un chico se quejaba sobre las pintas sobre las casas o monumentos históricos. Heredia enojado preguntaba a quién se refería. No había sido él, que dijera específicamente a quién se refería. Esas contestaciones no dejaban claro si defendía al grafiti en general, al artístico o su trabajo personal. Cuestionó al chico directamente, que no todo lo legal era bueno y que no todo tiene que ser como se lo enseñaron para portarse bien. «Si ocupo el espacio público, tengo derecho a embellecerlo de la forma que yo creo.» Decía esto y contaba experiencias personales cuando los vecinos de la zona protegían a los grupos o crews mientras trabajaban. Si no te gusta puedes taparlo como tú quieras. Los grafiteros saben de antemano que es una expresión efímera. Abogaban por su trabajo ya que costaba dinero, enfrentando las acusaciones de Lesper, no hay institución que dé dinero para bombas ni vandalismo. Se apoyan proyectos que incidan en la sociedad. Pero muchas veces los grafiteros deben solventarse solos. Igualmente hay que mencionar que los ciudadanos deben solventar la reparación a su propiedad, es horrible cuando se tapa un fragmento de muro de un tono diferente al original.
Esta es una actividad que continuará, hay actividades humanas no pueden encasillarse a un área específica. Hay quienes se atreven a cuestionar autoridades. Muchas veces pueden surgir artistas dignos de representar a la comunidad. Hay muchos rastros en la ciudad de inmadurez o desquite fugaz, posiblemente solo una etapa adolescente. De las participaciones del público que enfrentaban a la crítica de arte, una afirmaba que hacían falta miles de esos tags y bombas para desarrollar un estilo para poder llegar a maravillosos murales. La convivencia en la urbe siempre será turbulenta pero es claro cuales muros hacen detenerse a las personas para observar.
Dejo algunas fotografías que he tomado a lo largo de los últimos dos años y un par de materiales que he encontrado en línea. Usted juzgue.
Sobre el pastelazo
He de decir que a pesar de que fue un intercambió de ideas acalorado fue fructífero. Los mejores diálogos son en los que se encuentran ideas tan dispares con puntos para admirar de ambas partes. Sin embargo hay un amargo sabor de boca. Para empezar la nota principal de este lunes en cuento a temas culturales nacionales fue que la crítica de arte fue agredida, en vez de las ideas confrontadas.
Como testigo en el evento, me pareció de mal gusto las constantes burlas y ademanes de Guillermo Heredia, sumado a las rechiflas e insultos de las personas en el público que decían defender al grafiti. Constantemente interrumpían. Uno queda mal parado cuando se responde gritando «¡Pus cierra los ojos!» a una persona que pidió la palabra para decir que odia salir a la calle y ver pintas sin sentido en la pared de su casa. Si bien Avelina Lesper se mostró seria, respetuosa y templada durante el evento, tampoco hay que olvidar que en el antes mencionado programa de radio, y en otros medios, es satírica, burlona e hiriente. Reprobable que personas se acercaran a ella para agredirla verbalmente y en la calle violentamente arrojarle un pastel en la cara. Los que fueron ese día a defender al grafiti salieron mal parados.
Me sorprendió que le gritaran cosas como «¡Tú no me representas!» o «¿Por qué traes seguridad? ¿A qué le tienes miedo?» cuando iba sola y el policía del museo solo hacía su trabajo de ayudarle en el paso. Lesper me parece representa, al menos para esas personas, una cerrada autoridad, un punto de vista académico sin oportunidad de alternativa. Con una postura firme y aunque vituperando, no me pareció que ella fuese la irrespetuosa. En las noticias ha declarado que «Si hablas de grafiti, atente a las consecuencias». Esta fue una ocasión de intolerancia hacia la crítica de parte de unas cuantas personas que hacen o gustan de una actividad que involucra a la ciudad. Parece que sí quisieron imponerse.
Comentario sin mucha seriedad: Al final del debate, enérgicamente Avelina dictaminaba «¡A mí, no me la pelan!» ¿Entendió lo que dijo? Yo me confundí.
PARA LEER MÁS:
«¿Por qué cancelaron los grafiteros su «diálogo» con Avelina Lesper? En esta carta lo explican.» en Plumas Atómicas [en línea] México, 1 de agosto 2018 [accedido el 5 de agosto 2018]
DÍAZ, Verónica, «Lésper va a debatir con grafiteros y acaba agredida», en Milenio, México, domingo 5 de agosto de 2018, pp.26
MILENIO, «Avelina Lesper habla de la agresión que sufrió en el encuentro con grafiteros», en Youtube [en línea] 4 de agosto 2018 [accedido el 5 de agosto de 2018]
Podcasts del programa «Dispara, Margot, Dispara» de MVS Noticias
fragmentos:
DISPARA MARGOT DISPARA «Avelina Lesper en Dispara Margot Dispara», en Youtube [en línea] 25 de julio 2018 [accedido el 5 de agosto de 2018]
DISPARARON, MANUGÜIS, DISPARARON «Es arte trabajos como el de Tim Burton, Banksy o los graffitis» en Youtube [en línea] 1 de marzo 2018 [accedido el 5 de agosto de 2018]